Real Oviedo 1-1 Cádiz: El Carranza dictará sentencia

Real Oviedo y Cádiz empatan en un partido muy igualado, dejando la eliminatoria abierta para la vuelta, teniendo el Cádiz una pequeña ventaja por el gol anotado

Real Oviedo y Cádiz, dos históricos de nuestro fútbol, empataron ayer en el Carlos Tartiere en la ida del playoff de ascenso a Segunda División. Al ser un empate a uno, el Cádiz toma una ligera ventaja respecto a los carbayones debido al valor doble de los goles anotados fuera de casa.
A pesar de esta pequeña ventaja, los dos equipos dejan para la vuelta, que se disputará el próximo domingo, el saber quién será el premiado con el ascenso a Segunda División. Esta igualdad fue la nota predominante durante todo el partido. Un partido con opciones hasta el final y donde los dos equipos pudieron llevarse algo más que un empate.


Al tratarse de una eliminatoria, los dos equipos sabían que el más mínimo error podía condicionar la balanza del lado opuesto. Por eso, esta realidad de no cometer fallos se impuso durante todo el encuentro. El Cádiz fue mejor que el Oviedo en la primera mitad, logrando el 0-1 al borde del descanso. Pero el Oviedo fue dueño y señor del partido en la segunda parte, logrando la igualada final.
El partido comenzó hora y media antes de que el colegiado pitase el inicio. Ambas aficiones se dieron cita en los aledaños del Carlos Tartiere para recibir a los dos equipos. El recibimiento fue espectacular, y lo vivido después en el campo mejor aún. La afición del Oviedo volvió a demostrar que está entre las mejores de España. Los azules estuvieron arropados por 29.500 almas que se dejaron la voz animando al equipo, mostrando un gran mosaico al principio del encuentro y cantando el himno “a capella”, dejando a más de un futbolista con la boca abierta. El Cádiz, por su parte, también estuvo arropado por unos 700 seguidores que se dejaron notar, sobre todo, a raíz del gol visitante.

El Cádiz salió mejor que el Oviedo sin ninguna duda. Saltó al terreno de juego con una gran intensidad y un objetivo claro: marcar por lo menos un gol. Tal era el dominio visitante, que a los dos minutos, el Cádiz ya había sacado tres veces de esquina y estaba consiguiendo encerrar a un Oviedo muy nervioso en ese tramo inicial.
Poco a poco, los azules se fueron metiendo en el partido e intentaron echarse un paso adelante y jugar de tú a tú al Cádiz. Esto supuso que el conjunto azul empezase a hacerse dueño del balón, pero en zonas poco transcendentes, ya que al llegar a los tres cuartos de campo, el Cádiz cerraba todos los espacios y el Oviedo no sabía por dónde entrar, provocando contínuas pérdidas de balón en esa zona.
Los dos equipos tenían en mente no cometer errores, y eso marcó la tónica del partido. Ninguno quería cometer ningún riesgo, y las veces que ambos equipos llegaron al área se pudieron contar con los dedos de la mano.
La primera ocasión clara del partido llegaría en el minuto veinticinco. Sería para el Cádiz. Tras un error en la salida de balón, Fran Machado se quedó mano a mano con Esteban, pero la rápida reacción de la defensa azul provocó que realizase un flojo disparo que fue mansamente a las manos de Esteban.
Los chicos de Egea intentaron dar más profundidad a su juego de ataque. Para ello sabían que Héctor Font era la pieza fundamental. Pero el Cádiz también lo sabía, por lo que el mediocentro del Oviedo vigilado muy de cerca por el doble pivote amarillo durante todo el encuentro.

La primera ocasión para los azules llegó en el minuto cuarenta y dos. Tras una buena combinación entre Linares y Borja Valle, este último probó fortuna desde la frontal, pero se encontró con una gran parada de Aulestia.
Cuando todo hacía indicar el 0-0 al final de la primera mitad, en el minuto cuarenta y cinco llegaría el gol del Cádiz. Tras un centro medido de Juan Villar desde la banda derecha, el “pichichi” del equipo, Jona, adelantó a los visitantes. Es el llamado gol psicológico. El gol que dejó helaga la grada del Tartiere y el gol que desató la locura en la afición visitante. Con este cero a uno llegábamos al descanso.

En la segunda mitad, el equipo de Egea dio un paso adelante, salió con más intensidad y obligó al Cádiz a recular. A pesar de esto, la primera ocasión clara fue para el Cádiz. Y fue una de esas de las que te puedes acabar arrepintiendo. En el minuto cincuenta y dos, en una jugada aislada, Servando estrelló un balón en el palo derecho del guardameta oviedista. A pesar de estar claramente en fuera de juego, ni árbitro ni línea anularon la jugada, por lo que el gol pudo subir al marcador. De haber sido así, los andaluces habrían podido sentenciar prácticamente la eliminatoria.
Pero el Oviedo no se echó atrás. Siguió generando ocasiones de peligro y conseguía, conforme pasaban los minutos, que el Cádiz se arrinconase cada vez más en su propia área. Sergio Egea dio entrada a Sergio García y a Cervero, dos jugadores  que acabaron por cambiar el curso del encuentro.
El primero de ellos dispuso, en el minuto setenta y cuatro, de la mejor ocasión de los azules hasta ese momento. Tras un potente derechazo desde fuera del área el balón se fue directo a portería, pero Aulestia con un paradón y después el larguero evitaron el empate.

El segundo fue el héroe de la tarde. Querido por la afición oviedista hasta límites estratosféricos recibió una ovación de gala nada más entrar al terreno de juego. En el minuto ochenta y uno, el delantero oviedista respondió a los aplausos marcando el gol del empate. Tras un centro de Borja Valle desde la derecha, el delantero azul conectó un cabezazo espectacular que se coló en la red de Aulestia. La grada del Tartiere se venía abajo y Carlos Slim, el invitado de honor ayer, se vino arriba también para celebrar el gol.
A partir de ahí el partido fue del Oviedo. Los azules realizaron un gran fútbol ofensivo, pero el Cádiz repelió muy bien todas las acometidas carbayonas.
En el minuto ochenta y nueve, Garrido era expulsado por una fea acción. El Cádiz se quedaba con diez, sabiendo que este futbolista, pilar clave en los esquemas de Claudio Barragán, no podría estar en la vuelta.
El pitido final dejó al Cádiz con una ligera ventaja por el valor doble de los goles fuera de casa. No obstante, el Oviedo sabe que es un equipo que posee una gran pólvora en ataque e irá a Cádiz a dejarse el alma y conseguir ese ansiado ascenso que toda la parroquia oviedista lleva esperando doce años.



Alineaciones:

Real Oviedo: Esteban, Nacho López, David Fernández, Jonathan Vila, Bautista, Erice, Omgba, Susaeta, Borja Valle, Héctor Font, Linares.
Entrenador: Sergio Egea.

Cádiz CF: Aulestia, Mantecón, Servando, Josete, Tomás, Garrido, Juan Villar, Juanma, Jona, Kike, Fran Machado.
Entrenador: Claudio Barragán.

Cambios: Airam (Jona min.62); Sergio García (Héctor Font min.68); Cervero (Omgba min.76); Navarrete (Kike min.78); Hufo (Fran Machado min.82); Generelo (Borja Valle min.86).

Goles: 0-1 min.45 Jona; 1-1 min.81 Diego Cervero.

Árbitro: Vicente Moral, comité castellanoleonés. Amonestó a Linares, bautista y Cervero por parte del Real Oviedo. En el Cádiz amonestó a Jona y expulsó a Garrido por doble amonestación.

Incidencias: Partido correspondiente a las eliminatorias de playoff de ascenso a Segunda División. El encuentró se correspondió con la ida y se disputó en el Estadio Municipal Carlos Tartiere con un lleno absoluto, 30.200 espectadores.

@javimorcin

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